
Cómo se hace un mostrador refrigerado
Los mostradores refrigerados o vitrinas refrigeradas, como también se les conoce, son la clave del éxito de muchos locales de ventas de alimentos. Inicialmente, se utilizaban en lugares donde se venden productos como carnes o pescados. Sin embargo, en la actualidad su uso se ha extendido a prácticamente todos los negocios dedicados al sector de la hostelería.
El uso de este mobiliario no solo responde a la necesidad de mantener la temperatura de determinados alimentos y productos. Al funcionar como exhibidores, ayudan a atraer a los clientes. Y visto desde la perspectiva del público, estos ayudan a realizar un control previo del producto, ya que pueden visualizarlo antes de consumirlo.
Procedimiento de fabricación de un mostrador refrigerado
En la actualidad, no existe un solo negocio dedicado a la venta de alimentos que no posea un exhibidor refrigerado. En consecuencia, estamos habituados a ellos, forman parte de nuestra cotidianidad. Pero ¿te has preguntado cómo los fabrican?
Aunque es posible fabricar un mostrador refrigerado casero, es importante tener en cuenta que estos equipos deben cumplir estrictas normas de calidad. Ello se debe a los altos estándares que se observan en la elaboración de equipos y productos que tendrán contacto con alimentos. Por esta razón, cuando se desea ahorrar en la compra de estos, la mejor alternativa es optar por fabricantes nacionales certificados, cuyos precios son más competitivos.
Ahora bien, los mostradores refrigerados poseen diversos componentes. En lo que respecta a su estructura, estos no tienen mayor distinción a los utilizados en la elaboración de vitrinas expositoras. En este sentido, aunque existen mostradores de distintos materiales, los más comunes están elaborados con acero inoxidable y se utilizan para sobreponer.
En lo que respecta a la estructura, se emplearán láminas de acero inoxidable, ángulos de hierro y herrajes. En cuanto al cristal, este podrá ser recto o curvo según el tipo de mostrador que se desee fabricar.
Adicionalmente, deben incorporarse los elementos eléctricos y refrigerantes, lo que comúnmente se denomina circuito de frio. Y por último, el gas refrigerante, que será el responsable de que el mostrador pueda conservar adecuadamente los alimentos almacenados en él.
La parte más larga del proceso de fabricación de un mostrador expositor refrigerado es la elaboración de la vitrina. Sin embargo, esto no quiere decir que se trate de un procedimiento complejo o extenso. Disponiendo de los recursos apropiados y de la experiencia requerida, esto puede llevarse a cabo en minutos.
En esta fase del procedimiento, se ensambla el esqueleto del mostrador, esto puede realizarse tanto industrial como manualmente. Lo más importante de esta etapa, es prestar atención a las medidas de los componentes, ya que de lo contrario, no encajarán perfectamente.
Una vez que se ha construido la vitrina, es momento de agregar el cristal. Lo común, es que únicamente se utilice este material para la puerta, sin embargo, puede utilizárse también para los laterales. Estos se adherirán mediante un pegamento especial y podrán ser reforzados con tornillos. Si las puertas fueren corredizas, se añadirán rieles para permitir su movimiento.
En este punto solo resta incorporar los elementos refrigerantes. Este proceso inicia con la inyección de un líquido inflamable denominado poliuretano, cuya función es sellar por completo el interior del mostrador, evitando que se filtre el calor. Seguidamente se agregarán el compresor y el condensador, equipos encargados de regular la temperatura interna, erradicando y expulsando el calor. Una vez instalado el circuito de frio, se añadirá el gas.
La última parte del procedimiento es la incorporación de los detalles. Esta etapa es eminentemente estética y, aunque irrelevante con relación a la funcionalidad del equipo, es muy importante para que este cumpla su finalidad comercial.
Como sabemos, la apariencia de este mobiliario guarda una estrecha relación con la decisión de compra de los alimentos que exhibe. En consecuencia, los detalles finales son una parte que no se puede obviar. Una vez añadidos los detalles finales que contribuyan con la personalización y estética, el mostrador estará listo para conectarse y probarse.
Precauciones que deben tenerse en cuenta al fabricar un mostrador refrigerado
Si bien la fabricación de vitrinas refrigeradas es un proceso relativamente simple, es importante tener presente que, a su vez, está caracterizado por la observancia a los detalles. Los errores en los cálculos pueden dar lugar a problemas de funcionamiento, como fugas de aire u otros que alteren el estado de los alimentos.
De igual forma, es indispensable disponer de los recursos adecuados para llevar a cabo este proceso de fabricación. Así como también emplear los equipos y elementos de protección necesarios, a fin de evitar accidentes.
Por último, es primordial que una vez fabricado el mostrador refrigerado, sea probado a fin de medir su nivel de eficiencia energética y seguridad eléctrica. Una vez verificado que todo funcione correctamente, podrá ponerse en funcionamiento.